febrero 05, 2007

FUNDICIÓN

Un día cualquiera, un lugar cualquiera, solos, tu y yo entre todos. Una vieja ciega, un niño drogado, una mujer enferma, un recién nacido muerto. Un hombre atropellado, una estrella raptada, un sucio basurero.
El tráfico se hace tenso, un semáforo descompuesto, un hombre que grita, un niño que llora, nosotros, tomados de la mano. Una calle escura, una rata que huye, una coladera fétida, un anciano que duerme. Un perro que ladra, un autobús que nos moja.
La brisa que sopla, cae la llovizna, los niños que juegan, la gente que va y viene. Un automóvil que llega, una guerra que nos rodea. Una cantina cualquiera, una canción de fondo, un poco de cerveza, algunos cigarros en tu mano. El humo que sale de tu boca, una ceja dañada, un labio partido, la victoria en nuestras manos, lo que siento... no sé donde.
Muerdo tu labio inferior, lo hago sangrar un poco. Bebo a prisa, sin pausa, cada gota de tu sangre. Como plomo caes, te desvaneces. Me alimento de tus restos, ahora te llevo dentro.
Alguien intenta separarme de tu lado, no puedo permitirlo. Ahora ya nada puede hacer, ahora somos uno mismo, juntos eternamente, puedes quedarte ahí dentro. Ahora si te llevo en mi corazón, pues tu sangre circula mis venas, estás en mis intestinos, al igual que en mi riñón, te llevo en la piel, en el hígado, en los pulmones, en todo mi ser.
Solo tu alma vagabundea mi cerebro, abriendo y cerrando los compartimientos, que lograste descubrir, a través del tiempo.