junio 13, 2007

NECESITO 2 PALABRAS

Tu aliento se ha vuelto frío, casi imperceptible. Quisiera que me miraras un poco, como antes, ¿lo recuerdas? No, ya sé que no dirás nada de nuevo. Llevas mucho tiempo en silencio. Me gustaría volver a escucharte como en aquella última vez en que dijiste que yo era para tí lo más importante de la vida.
¡Préstame un poco de atención por favor! Al menos dame el gusto de no sentirme ignorado. ¿Qué tanto miras al cielo? ¿Acaso crees que algún día podrás tocarlo? Ni siquiera aquellos que aspiran a entrar allá algún día, quisieran hacerlo pronto.
Si acaso tuviera alas, con gusto te las prestaba para que miraras todo lo que hay en ese lugar y terminara el misterio de una vez por todas, pero no las tengo, y creo por momentos que me hacen falta, así como a tí te faltó interés en mí, que por cierto no sé cuando lo perdiste, ¿o es que acaso nunca lo tuviste?
El cuarto se ha puesto sucio, silencioso, gris, polvoso. Creo que lo hemos descuidado un poco. Alcanzo a mirar una foto en la que nos vemos contentos y sin preocupaciones. Parece que eramos muy felices. Hoy desconozco esa palabra. Y no es que haya querido eliminarla de mi vocabulario, simplemente se esfumo sin decir adiós. Como tu amor. Hoy desconozco tantas cosas... es que me haces mucha falta.
Tus sonrojadas mejillas se han apagado, tu sonrisa pronto se desvaneció y tus ojos se fijaron al cielo para siempre. Miro tu piel casi transparente y tus labios secos, en espera que algún día me vuelvas a decir: "Te quiero". No me ignores por favor, no seques tus labios, no te vayas aun...

junio 09, 2007

EL VIAJE DE UNA ESTRELLA

Avanzo en la penumbra que me lleva a un destino incierto. La noche apenas permite que uno pueda avanzar a través de ella. Algo le molesta, le aturde, le inquieta, pero creo no ser yo, puesto que me ha dispuesto una estrella para que pueda guiarme por este sendero nubloso.
Sígueme, me dice apresurada y con cierta exaltación. Hoy vas a conocer un mundo en una realidad aparte. Mis pasos son cada vez más lentos y, sin embargo, siento que avanzo más rápido. Ahora el suelo parece ser tan suave que siento que voy sobre nubes de algodón. Mis ojos de repente me juegan, a mi parecer, una broma, pues ahora voy flotando sobre una nube verdadera que cubre toda la Tierra.
Al fin la estrella se detiene y me presenta ante un majestuoso conejo que por inverosímil que parezca, conoce y habla todas las lenguas. Acércate, me dijo, y observa con mucha atención lo que voy a mostrarte. Mi mirada se posó entonces sobre un hueco enorme y observé completo, mi amado planeta Tierra.
Eso que ahora ves, volvió a decirme el conejo, es lo único que recordarás de aquél planeta que en este momento está a punto de desaparecer. Un nudo se formó en mi garganta entonces y me arrodillé ante él para suplicarle que cambiara de decisión. Eso es imposible, me dijo, la decisión estuvo en quienes lo habitan, todo en la vida tiene un equilibrio. Eso quisieron, a eso lo orillaron. El planeta tiene que equilibrarse de nuevo pero también para él es imposible. Tanta vida le faltó disfrutar a él también.Un estruendoso estallido se escuchó en ese momento y el planeta voló en mil pedazos. La sensación que sentí en aquel instante me hizo tambalear y caí de la nube, directo al precipicio. El golpe logró despertarme del mal sueño que tenía, aturdido salí de mi habitación en busca de un vaso de agua, pero una estrella que bloqueaba mi paso me dijo: sígueme, pensé que tardarías menos en despertar. Entonces miré al cielo y la luna brillaba más que nunca...