agosto 29, 2006

DIOS HA MUERTO


Escudados bajo tu nombre, han matado a millones. Por años enteros, apareces a todos con distintos nombres. Unos matan por defenderte, otros mueren bajo tu causa, otros tantos tienen que definirse porque de lo contrario los vomitas por ser tibios y te enfureces. ¡Hipócrita! Porque pregonas lo que no realizas, porque en todo momento te contradices, porque decidiste ser tibio y no te definiste, por ello ahora soy yo, quién de la boca voy a vomitarte.

Entre más miro el mundo, más triste me pongo. Si realmente existes, ¿por qué no vienes a poner orden? ¿Qué clase de padre eres, que permites que entre tus hijos como entre puercos se coman? ¿Es que no te conmueven los ríos de llantos que las lágrimas de millones de niños han derramado? Si tan grande es tu poder, ¿por qué no bajas a frenar tanta masacre?

Si te dices a ti mismo Dios y Padre, entonces a ti dirijo mi mensaje: un Dios no deja morir tan vilmente a su pueblo; un padre no es infanticida y con saña a sus hijos mata. Olvídate que algún día pueda adorarte, olvida que como hijo pueda quererte, excomúlgame de tu reino de los cielos, porque si aquí que de lejos mandas, al mundo entero arrastras, no quisiera saber lo que en tu reino de arriba les pasa. Ya he conocido infinidad de prostíbulos, uno más después de muerto, me remata.

Cual vil ramera te vendes al primer hijo de puta que más pueda ofrecerte, al igual que tus enviados llamados sacerdotes, abusas de la ignorancia de los pueblos que componen la comunidad religiosa.

Quizá lo que hoy piense no pueda importarte pero sé que no soportas que alguien pueda revelarse, miserable traidor a mí no me engañaste, descubrí tu secreto y voy a desenmascararte.
Hoy orgulloso te digo, me das asco y te maldigo. Con sincera expresión repito que como Dios te niego y como padre te odio. Hoy a los cuatro vientos, al mundo entero le digo: pueden estar tranquilos, pronto se aliviarán sus penas, disfruten su libertad, disculpen mi atrevimiento, no lloren como si fuera una pena, pero ya Dios ha muerto... y yo tuve que ser el asesino.

agosto 20, 2006

UN INSTANTE FUGAZ



De la unión de sus manos se extienden dos cuerpos en apariencia distintos. En sus ojos se refleja la alegría, el momento es singular, la separación era inevitable, era la última vez y lo sabían, tenían su amor que entregar.
¿Cómo en una noche muestras tu agradecimiento por cuarenta años de compartir tu vida con un desconocido? ¿Qué se dicen dos seres que después de cuatro décadas de amor puro dicen adiós para siempre?
Sus manos recorren con prisa sus cuerpos desnudos, se detienen un poco en el rostro, en las líneas de tiempo, en los surcos. Líneas y surcos que cuentan historias; que sin necesidad de palabras hablan por sí solas.
Se conocieron a tiempo, al parecer y por lo que murmura le gente, fue en un templo. ¡Ah! ¡Bendito lugar que cobija las almas descarriadas y que vino a condenar y maldecir su sentimiento mutuo! -¡Dios, perdona el pecado de todos aquellos que con sus acciones manchan nuestra imagen y ten misericordia de esos denigrantes seres, ya pagarán cara su ofensa ardiendo en las llamas del infierno!- llegó a recitar un curioso personaje de aquel lugar, que disfrutaba de “jugar” con los niños pequeños.
Excomulgadas de aquel recinto, por el amor celestial y sincero que una a la otra se profesaban con singular esmero, por tantas noches de placer, de caricias y sexo verdadero. Sesenta y siete años de una, quizá diez más de la otra, no pudieron hacer nada para evitar ser separadas; al manicomio la una, al recinto de los muertos la otra. Es en momentos como este cuando comprendes que el irónicamente, el día más importante de tu existencia, es el de tu muerte (contra parafraseando a Silvio Rodríguez).
Ignoro que sucedió aquella noche, ignoro que fue lo que se dijeron; ambas ancianas sordas, quizá no dijeron nada. Tal vez quisieron que fuera su corazón, que desde el fondo del alma gritara la grandeza del amor inexplicable que tantas noches de pasión les otorgara. Quizá sus almas acordaron que, una por reclamo a la sociedad quedara, mientras que la otra, paciente, al infierno se adelantaba y la esperaba...

PARAÍSO


...Y yace aquí mi cuerpo postrado, donde nunca nadie hubiere querido estar. Aún no sé como llegué aquí, ignoro que fue lo que ocurrió. Solo recuerdo un sueño muy pesado y luego... luego ya desperté en este lugar.
Alguien entra, me observa, escucho un murmullo y una sonrisa se ilumina en el rostro de la persona que llega, al parecer es un hombre, pues aunque tengo los ojos abiertos, no logro mirarlo bien. Lentamente su mano se desliza por mi cuerpo y de un pequeño impulso retira la sábana que me cubre. Mi cuerpo desnudo queda a su merced y el sujeto comienza a respirar más rápido de lo habitual.
Observo a los demás a mí alrededor, pero al parecer la costumbre les ha dado oídos sordos a mi hipócrita y callada súplica de ayuda.
El lugar es frío, aterrador, nadie entra aquí por temor. Supongo que solo este chico que aún no distingo quien es. Su cuerpo jadeante, sacia sus bajas pasiones conmigo. Quisiera salir corriendo de este lugar pero sé que eso no podrá ocurrir jamás.
Entre cuerpos incompletos, almas ausentes y vidas no concluidas, ve su cometido satisfecho y un líquido caliente me inunda y se expande por el interior de mi gélido cuerpo. Triste me pongo de la realidad que miro, más triste estoy porque no todos los días se repite la acción conmigo y de suerte, ni siquiera con alguien distinto. De mil formas y más posturas, aquel muchacho me hace recordar lo mucho que me hizo disfrutar el sexo.
Quizá no soy la persona más indicada para juzgar las pasiones que cada ser tiene y trata de cumplirlas a costa de lo prohibido. Sé que en un no muy lejano tiempo, yo saciaba mis instintos con cuanta persona se me cruzaba enfrente. Con protección o sin ella, masculino o femenino, el chiste era calmar mi apetito; no distinguía raza, cultura, religión, edad, sexo y en ocasiones tampoco la especie.
Recuerdo como me veía la gente cuando en el metro, con la mirada desnudaba a quien me atraía físicamente -¡qué persona tan cochina!- solían decir algunos, -¡eso se llama perversión!- alcanzaban a murmurar otros; sin embargo, todos, de una manera u otra se hacían cómplices míos, cuando con vil descaro manoseaba mi hinchado miembro, ante su mirada lasciva y su imaginación infinita, que me evitaba la masturbación pues hasta a mí me cohibían.
¿Quién piensa en el respeto cuando la calentura perturba los sentidos? ¿Por qué ver como sucio, algo que tantas satisfacciones ha logrado? ¿Por qué siempre a lo diferente se le llama enfermo y bajo que argumentos? Si por tener sexo parejo se me puede llamar demente o puto, no me importa mientras no esconda lo que me gusta y me quieran quitar el gusto de tan deliciosa acción.
¡Cómo es rico el sexo!¡Nunca voy a terminar de agradecerle a la naturaleza que lo haya inventado y permita a sus hijos disfrutarlos! Tarde me di cuenta que el disfrutarlo tanto, traería serias consecuencias.
Hoy mi cuerpo es carnada, mientras reposa en esta sala. No sólo una persona viene, como en un principio suponía, sino que a veces se turnan con el propósito de que todos disfruten un poquito su “locura”.
Vida después de la vida. Muerte más allá de la muerte. Infiernos a los que descienden los seres de vez en cuando, para alcanzar el paraíso con un cuerpo inerte.
Miro sus rostros satisfechos y me siento impotente por no poder ayudarlos a que su satisfacción sea total, pero espero que mi cuerpo aún les sirva y lo puedan seguir disfrutando. A final de cuentas no me importa (¿alguna vez me importó?), Que con el tiempo solo mis blancos huesos queden, para que alguien pueda seguir acariciándolos.

agosto 07, 2006

AGONÍA


Muy cerca de la media noche se dignaba salir de su cueva. Lentamente recupera la visión perdida durante el día, así era él...
Gestando el odio por doquier, sale en busca de su presa, alguien dócil, fácil de manejar. Sin buscar demasiado, la ve a lo lejos y va tras ella; no le importa el riesgo que corre; no le importa morir en ello, su convicción y su decisión son más fuertes.
Poco a poco extiende sus garras, abre las alas y de un impulso la atrapa. La presa está impávida, estática y azorada. Él comienza a hurgar en las entrañas del desconocido, un hilillo de sangre se ve fluir por el suelo y ahí, en lo más profundo de ese ser, encuentra sus miedos, esos miedos con los que siempre ha vivido pero nunca los ha expuesto; encuentra su soledad, encuentra un vacío.
Es tal su asombro que no logra asimilar el espectáculo que tiene ante si; ahora su miedo crece y su vacío se ahonda aun más. Nunca pensó que aquella presa cambiaría su historia de manera radical.
Las vísceras están esparcidas por todos los rincones, con un ojo parece observar aquel asombroso festín, una oreja, al otro extremo, escucha los últimos alaridos de la presa.
Entre más avanza su canibalismo, más aumenta su horror. De tajo pierde la conciencia, pero en la inconciencia descubre el misterio que poseía la presa. Demasiado tarde.
Lentamente se desangra, se ve morir... Ahora solo le resta esperar a morir. En aquel charco enorme contempla su crimen, mientras se ciega, mientras perece.
Una gotera del ala izquierda desprende gotas rojas.
Poco a poco una mancha se expande...
Poco a poco una vida se extingue...

agosto 05, 2006

EN CHERCHANT L'AMOUR



J'ai laissé mon cadavre au bord de la route et je me suis venu en train de pleurer. La ville est énorme, comme un énorme hospice, froide et accueillante, foncée et illuminée, comme la prison, je suis venu en cherchant l'amour. J'ai pensé que l'amour était le seul refuge contre les bombardements nocturnes, mais j'ai trouvé que l'amour ne pouvait pas être sauvé, l'amour dure seulement un moment, ne supporte pas l'absence, est corrompu avec le temps, ça empeste avec les heures...
Mon petit jardin était replet de vers. Il nage de ce que j'ai laissé j'ai trouvé. Ni un pétale, ni une rose, ni un brin d'air...
Qu'est-ce que vais-je maintenant faire ?
Je veux pleurer.Je suis en train de pleurer...

DILES QUE LOS QUIERO MUCHO


Hoy estoy un poco triste por que quisiera platicar con alguien que me escuche aunque sea un ratito, pero yo no tengo amigos mas que tú, a ti te platico todo por que sé que no se lo dices a nadie. Tú eres el único que me escucha y sé que eres mi único amigo.
Él prometió darme hoy un regalo, espero que cumpla su promesa; lo que no me gusta es lo que hacemos, muchas veces le he dicho que eso me lastima, pero él dice que eso es algo normal y que es mi obligación obedecerlo en todo.
Yo no sé que es una obligación, pero pienso que eso significa que debo obedecer, y hacer todo lo que me diga. A veces tengo ganas de decirle que no quiero hacerlo, pero me da miedo que me vaya a castigar o a enojarse conmigo. No entiendo por que no quiere que nadie sepa lo que hacemos si según él, todo el mundo lo hace y no es nada malo.
No sé por que la gente dice que yo soy una persona rara y que él es un monstruo; yo sé que él no es un monstruo, por que a mí los monstruos me dan miedo y él no me da miedo, yo lo quiero mucho, y sé que el también me quiere mucho a mí, pero dice que esa es la única manera de que yo se lo demuestre y aunque no me gusta lo hago.
Cuando llega cansado, quiere que lo sobe para que se le quite el cansancio, eso no me molesta, pero no me gusta que nos tengamos que desvestir cuando lo estoy haciendo; él es bueno y dice que me quiere mucho, pero dice que si no lo obedezco va a dejar de quererme y se va a ir de la casa.
A ti te cuento mis cosas, por que cuando mamá me hablaba de ti, siempre decía que eres la persona más buena del mundo, que a ti se te puede contar todo y que puedes hablar con todos los demás, por eso quiero pedirte un favor:
Diosito, quisiera que le digas a mi papá, que me gustaría ir a la escuela y tener muchos amigos, que no me gusta que se acueste conmigo y me haga esas cosas feas que me duelen mucho, que me lleve a conocer el lugar donde dice que esta durmiendo mi mamá y que el regalo que me prometió sea una foto de ella.
Ojalá y tú puedas hacer eso, por que ya voy a cumplir 6 años y mi mamá va a estar muy contenta de que entre a la escuela, si a ella puedes verla no le digas lo que te platiqué por que se va a enojar con mi papá y yo no quiero que ellos se enojen por mi culpa, dile que la extraño y que me gustaría que se despertara para que regrese a la casa.
Bueno ya me tengo que despedir por que tengo que ir a quitarme la ropa antes de que llegue mi papá, para esperarlo en su cuarto como todas las noches lo hago; y por favor diles a los dos que los quiero mucho.

AMÉN

agosto 04, 2006

FALSA FELICIDAD

Tenemos un concepto de la vida, sin saber que es la vida;
decimos que amamos y que nos podemos entregar completos,
sin conocer el amor y teniendo mutilados los sentimientos;
damos consejos de sanación y nos estamos muriendo por dentro;
decimos estar vivos cuando en realidad, ya estamos muertos...