mayo 22, 2011

La Realeza Universitaria (AR)

Un goya monumental. Pumas es campeón. Sin Demagogias. La epopeya que le faltaba a este ideario, tras una catarata de bienaventuranzas, durante 17 batallas. Un gol de Palencia que se demoró 38 años. Un gol de Cortés que se cantó en toda Ciudad Universitaria, como un do de Pecho que dejaría al propio Caruso mudo para siempre y la multitud deliró.
Dos tantos romanceados que se demoraron una eternidad, entre estremecedoras angustias universitarias. Desde hoy el paraíso está también en Ciudad Universitaria y en el entusiasmo despertado de su único pelotón que hoy logró el cargo de gran escuadrón.
Jugadores que se volverán de culto, que como las grandes obras serán de colección, museísticas.
Pumas conquistó la séptima, muy a su estilo. En cada asalto a la trinchera enemiga dejaron en escrituras lo que hoy es su leyenda. Javier Cortés es el gran centro de inteligencia de este escuadrón de infantería. Su ocupación fue sólo un recurso más de su excepcional chistera.
El Flaco Orrantia lo vio y le tocó el balón, pura burocracia su gloriosa asistencia. El Caballero Cortés controló en el gran callejón y la gloria tardó solamente 9 segundos. Una diana homérica, ante un Morelia, áspera y con menos dicha que evitó ese juego de orfebrería que tanto distingue al siete veces campeón.
El Club Universidad baso su guión en algo infalible, cosechar lo que la cantera produce. Sin cicuta. De este ideario Pumas salió vencedor.
Hay veces que el tiempo pasa volando, sobre todo cuando se juega contra reloj, imposible meter un gol, así se le escapó a la Monarquía su segunda Corona. También ocurre que la vida se suspende por arte de magia, como cuando Palencia aguardaba el pitido de Marco Rodríguez para fusilar a Vilar.
El juicio de este medio día es sólo sumario, la liturgia que se juega con un balón en los pies y un talento de cantera pertenece ahora a la UNAM.
Fue una cumbre colosal, sonada como ninguna, casi utópica, en un futbol que apuesta más por la billetera que por la doctrina. Así son las hazañas. Pumas concluyó como es, le gusta el mando y lo aceptó con gusto.