noviembre 12, 2007

Más que a Nada en el Mundo

Dirección y guión: Andrés León Becker y Javier Solar.
País: México.
Año: 2006.
Duración: 90 min.
Género: Drama.
Interpretación: Elizabeth Cervantes, Julia Urbini (Alicia), Juan Carlos Colombo, et al.
Producción: Ángeles Castro y Hugo Rodríguez.
Música: Austin TV.
Fotografía: Damián García.
Montaje: Luciana Jauffred.
Dirección artística: Bárbara Enríquez y Alejandro García.Vestuario: Fernanda Vélez.

¿Qué sucede cuándo nuestros miedos más profundos se mezclan con la más dura de nuestras realidades? Puede producirse una madurez prematura o una imaginación infinita. Siempre será mejor lo segundo, obviamente. No es posible imaginar lo contrario. No podemos combatir de otra forma, eso que otros llaman realidad. Y es que cuando nuestros miedos se apoderan de nuestros pensamientos, la única cosa que queremos es deshacernos de lo que nos causa tales sentimientos. Siempre lo hemos sabido. Desde que éramos niños. Alicia (Julia Urbini), una niña que vive con su madre en un departamento, mantiene una relación contradictoria con su madre. Estimulada por su compañera del colegio, dueña de una imaginación desbordante, Alicia comienza a ver en los problemas sentimentales de su madre y en la depresión consiguiente, los síntomas de una posesión vampírica. ¿Quién es el culpable? Sin duda, la persona enferma que vivía en el departamento de al lado. Alicia decide entonces hacer frente al vampiro, a pesar de sus temores, para deshacer el maleficio que pesa sobre su madre.
Suena a historia común, pero de alguna manera parte de esas pesadillas que, cuando somos niños, nos oprimen los intestinos y nos revuelven las entrañas. Historias comunes en lugares más comunes. Nos recuerda los espacios en los cuales corríamos a escondernos de eso que nos decían que nos iba a llevar y que se llamaba “el coco”. Nos hace recordar el tiempo en que nos escondíamos detrás de la puerta en las discusiones a nuestros padres, de sus gritos y sus reproches mutuos. Nos devuelve a ese tiempo en que no comprendíamos cuál de las dos cosas era peor, la realidad tangible o la alterna propiciada por nuestra capacidad inventiva, aquella que siempre fue invisible para el mundo, la que nos torturó tantas y tantas veces a más no poder, pero que al mismo tiempo nos hacía platicar con pelotas moradas y con chapulines de colores. Más que a nada en el mundo nos recuerda eso y nos evoca a esa realidad aparente en la que vivimos, en la que siempre viviremos conformes por lo que tenemos y con el temor de hacer frente a lo que nos es desconocido, aunque eso signifique recordar con nostalgia, que nunca sabremos que es lo que hubiera sido de nosotros, en otras circunstancias.

5 comentarios:

Dídac Muciño dijo...

Se me viene mucha ala mente, esta situacion del Don quijote, con sus frestones, el no tanto evadir si no, crear nuestro propio mundo...

que padre, obra!!!....

He leido, "el vacio" de tus escritos, ya bien lo decia, mario benedetti "que importante es el dolor cuando uno esta vivo, pero que poquito significa cuando uno esta muerto", ha se muuy poco, a punto de estallar con mi mente, me di cuenta, que el amor, es un estado estatico, donde no hay mas personas al tu alrededor mas que ala persona que amas, y por consiguiente, bien lo dices, el amor es un engaño... amar a una persona es un engaño, por que el hombre es egoista, aunque no lo quieran reconocer, uno busca el placer, o el confort, la felicidad, la dicha, la compañia para uno mismo, sea como sea, pero siempre terminamos pensando en uno...

Ahora bien,la soledad, otro oscura lugar, que nos trajo, ese mismo sentir, el amor.. pero sabes?, hoy en dia, la soledad la tomo, como estado de relajacion, ya no la veo como antes como simple oscuridad..

Gracias por el vinculo.. ;).

P.D: no mas del blog?..

Saludos!!

Anónimo dijo...

gkiubo don hugo!

Ps la neta la voy a ver, me dejaste picado con tu reseña (buena por cierto).

Ah que los miedos!!! todos vivimos y convivimos con nuesros miedos, terrores y monstruos. Creo que tanto adultos como niños, lo que pasa en la niñez es que tenemos más a la mano la posibilidad del juego simbólico cosa que los adultos relegamos al rincón de lo imposible...
Yo aún sigo creyendo en los vampiros jeje

Blog dijo...

Sin lugar a duda lo que uno vive de pequeño suele tener una gran importancia hacia el pensamiento de cara al futuro. Yo de pequeño viví situaciones las cuales no se las recomiendo a muchas personas, pero soy consciente de que he mi mente evoluciono de manera desigual a la resta de los niños que compartían clase conmigo.

Me gusta mucho como escribes, te iré siguiendo.
Un abrazo y gracias por hacer acto de presencia en mi humilde blog.

osbel dijo...

uno de mis vecinos también es un vampiro o algo así... hace unos años lo ví en nuestra calle, y él hizo lo mismo, pero agregó a su mirada una especie de maleficio alimentado por sentimiento extraño, una mezcolanza de odio, desprecio, rencor, no sé de qué... y luego no pude dejar de verlo en varias semanas, lo veia en la calle, en mi casa, en mis sueños, en las pedas, en la cara de mis cuates, en los troncos de los árboles, en la espuma de la chela, en el humo... entonces supe que era algo no natural... y decidí matarlo. de vez en cuándo lo veo, en los lugares menos sospechados... hace como 5 meses fue su última aparición, y yo sigo esperando la oportunidad ideal para descuartizarlo completito...
ah, sí... suena muy bien esa película, quizá la vea :)

Erranteazul dijo...

Síp. Yo tengo esa nostalgia...y no se va, no se va.