Un día las palabras se cansaron: los hombres las usaban para mentir y calumniar, para injuriarse y maldecirse, o las torcían y desvirtuaban a fin de ocultar sus pensamientos.
Así, las palabras se reunieron y deliberaron. Tras de muchas palabras hicieron uso de la palabra y llegaron todas a una misma conclusión: desaparecerían. Y dieron su palabra de no prestarse por más tiempo a ser herramienta de la maldad humana, o de la necedad.
Se fueron en efecto, aquellas palabras numerosas, diversas y sonoras que había antes: nenúfar, demiurgo, lapialázuli, perogrullada, cantinela paremiología, áncora, alcahuete, hopalanda, luciferino, náyade, sindéresis, morriña, negus, araucaria, llar...
Tal es la historia. Eso explica porque ahora tenemos solamente palabras como "o sea", "güey", y "ora sí que..."
1 comentario:
me facinas.. la forma de escribir.. tienes las manos llenas de razon... por una parte.. jejje
Ya el vocabulario de estas epocas perdio, su policramia en sonidos, todo cambia y desgraciadamente todas esas constumbres se van quedando en el pasado.. ami si me choca y me repugna, que hablen con el "wuey"... entonces, crees que las palabras puedan resucitar?...
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